
Algunos me estaréis tachando de oportunista. Mi discurso hasta el día de hoy siempre ha sido el mismo: Raúl no está para jugar 60 partidos al año. ¿Raúl? Sí. ¿Raúl sí o sí? No señores. ¿Quién va a discutir su valía para el equipo? Es incuestionable. Su raza y su espíritu madridista le hacen suplir sus carencias (las innatas y las achacadas a su edad) con nota. Ello tampoco le permite hacerse un hueco en la selección nacional. Las figuras de Villa o Torres se lo impiden, ya pasó su momento, y no está el equipo de Vicente Del Bosque para demasiados cambios.
A partir de ahora debe racionalizar sus minutos con cabeza, el arma que le ha permitido convertirse en la máxima leyenda de la historia del Real Madrid. Con el segundo en el Molinón suma 309 dianas, que ha ido sirviendo a los degustores del mundo del fútbol disfrazados de vaselinas, con remates de cabeza o empujando con la puntita de la bota. Gol muy suyo, decían anoche en la redacción de mi trabajo. Oportunista o jugador de área. Me quedo con lo segundo. Como bien dijo Trueba, volver siempre es no irse nunca. Felicidades capitán.
Foto: As.com
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