lunes, 15 de marzo de 2010

Madrid y Barça mantienen el pulso en la cabeza de la liga

Todas las miradas del fin de semana apuntaban este domingo a Zorrilla, plaza peligrosa para un Madrid herido tras la estocada sufrida en Champions ante el Lyon. Los de Pellegrini necesitaban reivindicarse en el campeonato doméstico para paliar en cierta medida la gran decepción del miércoles. Y en este sentido se puede decir que el equipo blanco tiró de casta y talento para doblegar a un pobre Valladolid que comienza a desprender un cierto aroma a Segunda División. Higuaín, con un hat trick, volvió a callar a sus máximos detractores aunque la incógnita, al fin y al cabo, sigue en el aire: saber si este joven talento es capaz de sacar lo mejor de sí en las grandes citas.

Minutos antes el Barcelona había hecho lo propio ante un gran Valencia, que perdonó en la primera mitad y finalmente sucumbió ante la figura de un genio como Leo Messi, que perforó las redes de César en tres ocasiones para despegarse en la carrera por el pichichi (21). De esta manera, la cabeza de la liga sigue igualada al máximo, con un cara a cara entre los dos grandes de España que invita a un final de temporada de auténtico infarto.

La zona Champions en la tabla la completa el Sevilla de Manolo Jiménez, que volvió a tropezar en su feudo ante un Deportivo (1-1) que jornada a jornada sigue creyendo en sus aspiraciones europeas. Por su parte, el Mallorca dio en esta ocasión la de cal lejos de Palma ante un Getafe (3-0) que volvió a la senda del triunfo tras seis jornadas consecutivas sin saborear la victoria.

El que suma y sigue de forma imparable es el Almería (1-0), que desde la llegada de Juanma Lillo al banquillo rojiblanco ha revitalizado a una plantilla que parecía condenada al fracaso esta temporada. El Tenerife también dio buena cuenta del Espanyol (4-1), cuajando su mejor actuación en lo que va de competición y que supone una fuerte inyección de moral de cara a las próximas citas del conjunto de Oltra.

Otro que continúa con su particular ascensión es el Villarreal, que venció con comodidad al Xerez (2-0) y que ya vislumbra los puestos europeos más cerca. El resto de la jornada se cerró con sendos empates a cero entre Racing - Zaragoza y Sporting - Athletic. La vigésimo sexta jornada de liga se completará este lunes con el partido entre Atlético de Madrid y Osasuna, una nueva prueba de fuego para los de Quique Sánchez Flores.

viernes, 12 de marzo de 2010

Europa sigue siendo maldita para el Madrid

He preferido dejar pasar las horas para tratar de analizar, de una manera más fría y sensata, la eliminación del Madrid del pasado miércoles ante el Lyon. Una derrota que ha vuelto a abrir una herida en el madridismo que, desde hace unos partidos, parecía cerrada. Un resultado que ha vuelto a poner en entredicho el majestuoso proyecto iniciado por Florentino Pérez en su vuelta al trono, la capacidad de Manuel Pellegrini para manejar a este grupo de estrellas y el rendimiento de determinados jugadores en estas grandes citas que, al fin y al cabo, son las que comienzan a allanar el camino hacia Cibeles o hacia el muro de las lamentaciones.

Y eso que el Madrid salió con el guión previsto y bien estudiado. La primera ocasión de Kaka en un mano a mano ante Lloris, cuando apenas se había cumplido el primer minuto de partido, hacía presagiar una remontada para enterrar definitivamente el maleficio de octavos de final que venía sufriendo todo el madridismo en los últimos seis años. Todo se ponía de cara con el primer gol de Ronaldo, gracias a un fabuloso pase de Guti que, dicho sea de paso, fue la única perla que dejó el '14' blanco en su partido del miércoles.

Venía pidiendo a gritos toda la prensa deportiva nacional la titularidad del canterano, que se antojaba casi obligada dadas las bajas de Marcelo y Xabi en el centro del campo. Salió enchufado, ofreciéndose a sus compañeros en todo momento y tratando de buscar ese último pase que sólo él es capaz de vislumbrar. Con ello, comenzó el carrusel de ocasiones blancas ante un Lloris inspiradísimo que volvió a demostrar que hay vida más allá de Iker Casillas.

Mediada la primera mitad, Higuaín iba a tener la eliminatoria en la bota de su pie derecha pero, de manera incomprensible, mandó a la madera el balón tras haber superado al meta galo con toda la portería para él. Desde el momento en el que impactó el cuero, se vio una desconfianza en el argentino impropia de una ocasión tan clara. Su pierna se había encogido. Un segundo que se hizo eterno ante el susurro de un arrebatado Bernabéu. Los malos presagios se confirmaban. El 'Pipita' lo había vuelto a hacer. Había vuelto a fallar en una gran cita.

A partir de ese momento el Madrid se fue apagando paulatinamente con el paso de los minutos. El ambiente se había enfriado y los franceses comenzaron a creer en sus posibilidades. El centro del campo del equipo blanco había desaparecido. La gasolina de Guti no daba para más. Treinta minutos para ser exactos, algo que vuelve a confirmar la verdadero piel de este futbolista de dibujos animados, por mucho que las portadas de la prensa quieran hacer ver lo contrario. Con esto no quiero volver a crucificar a este jugador, pero Guti es lo que es, un jugador de medio tiempo que sin una marca fija puede armar un lío a cualquier equipo. No voy a ser yo quien le descubra a estas alturas de la película.

De esto debió darse cuenta Puel, técnico del Lyón, que introdujo un doble cambio tras el descanso para que su equipo se hiciera con las riendas del partido a través de un centro del campo plagado de almas sedientas de triunfo. No hizo lo propio Pellegrini, manteniendo en la cancha a un Granero al que se le vió demasiado verde para un partido de esta magnitud. Mientras tanto, Van Der Vaart calentaba en la banda.

Los minutos pasaban y el Madrid no inquietaba la meta de Lloris. El Lyon seguía fiel a su idea, perfectamente posicionado sobre el césped de Chamartín a la espera de una ocasión que a buen seguro tenía que llegar. Esta jugada nacería de los pies de Lisandro. El delantero argentino mandaba una tarjeta regalo firmada para que Pjanic fusilara la resistencia blanca. Con ella , se escribía una nueva sentencia de muerte en Europa para el Madrid. Un equipo construido para luchar por todos los títulos que en el mes de marzo se queda huérfano con el campeonato doméstico como único bálsamo.

Ahora es turno de pensar y reflexionar, no de adoptar medidas drásticas como en tiempos pasados que no sirvieron absolutamente para nada. Ni antes eran tan magníficos ni ahora son tan desastrosos como se quiere hacer ver. Se ha creado un equipo prácticamente nuevo que tiene que cuajar y asentarse. Es evidente que faltan cosas y sobran muchas otras, pero no es esta la época del año para tomar este tipo de decisiones. Europa dice adiós, sí, pero el Madrid es líder en la liga y debe luchar con uñas y dientes por mantener este galardón hasta el mes de junio. No bajen los brazos. Hay vida más alla de la Champions.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Llegó la hora de volver a Europa

Cuatro años. Nada más y nada menos. Ese es el tiempo que lleva el Real Madrid sin pasar la barrera de los octavos de final en la Liga de Campeones. Una competición que se creó a su imagen y semejanza que le ha convertido en el mejor club del siglo XX, y que en los últimos años ha empañado su brillante historia a través de dolorosas derrotas.

Ya lo advirtió el máximo mandatario blanco en su vuelta a la presidencia: “Volvemos para recuperar el prestigio perdido en Europa”. Pues señor Florentino, todo pasa por el partido de esta noche. Una eliminatoria que se puso muy cuesta arriba hace un par semanas en el frío coliseo francés, donde el Lyon arañó una renta mínima a la par que inquietante para los intereses blancos.

El ambiente será inmejorable. Como el de las grandes noches. Aquellas en las que Juanito alentaba al respetable de Chamartín y se consumaban auténticos milagros. Y aunque suene a tópico, esta noche hacen falta once 'Juanitos' para llamar a las puertas de Europa y decir, con voz firme y la cabeza alta, hemos vuelto.

viernes, 5 de marzo de 2010

Luis y Paqui: una vida dedicada al Madrid

Si algún día quiere enseñar a sus hijos cómo comportarse en un campo de fútbol lléveselos a Old Trafford. Yo lo hice”. Así reza el final del artículo que el periodista del diario As, Juan Mora, escribía un 25 de abril de 2003. La noche anterior tuvo lugar el partido de vuelta de cuartos de final de la liga de campeones entre el Real Madrid y el Manchester United. Una noche histórica para el madridismo y, en definitiva, para el fútbol. El partido más sincero que mis ojos han visto nunca. Llevo dando patadas a un balón desde los siete años, y lo de aquella noche fue tremendamente emotivo, tremendamente especial…

En las gradas de Old Trafford estaban Paqui y Luis, un matrimonio de San Blas cuyas vidas han estado ligadas a unos colores desde que decidieron compartir juntos el resto de sus días. Desde el primer día, trataron de inculcar a sus hijos y a sus nietos los valores que entrañan el escudo y la camiseta del Real Madrid. Con bufanda en el cuello y bandera en mano, han recorrido todos los rincones de Europa animando al equipo de sus amores.

Pero ese viaje a Inglaterra fue especial. Corría la segunda mitad del encuentro cuando la megafonía del Teatro de los Sueños anunciaba un cambio. Se marchaba Ronaldo, el héroe del partido. Tres goles y una de las mejores actuaciones que se le recuerda al brasileño. El público inglés, a pesar de que su equipo perdía 2-3 y tenía la eliminatoria prácticamente perdida, se puso en pie y rompió a aplaudir ante el desconcierto de los miles de madridistas que viajaron hasta Manchester. “Fue una de las noches más emotivas de mi vida”, confiesa un Luis emocionado cada vez que revive el momento.

El encuentro lo terminó ganando el conjunto inglés, aunque el Madrid fue el equipo clasificado tras la renta del partido de ida en el Bernabéu. Pero el resultado no importaba. Había ganado el fútbol. Al término del partido, la hinchada madridista fue desalojando el feudo inglés ante el atronador aplauso de un pasillo humano formado por cientos de seguidores del United. Un día para la historia. Paqui y Luis estuvieron allí.