He preferido dejar pasar las horas para tratar de analizar, de una manera más fría y sensata, la eliminación del Madrid del pasado miércoles ante el Lyon. Una derrota que ha vuelto a abrir una herida en el madridismo que, desde hace unos partidos, parecía cerrada. Un resultado que ha vuelto a poner en entredicho el majestuoso proyecto iniciado por Florentino Pérez en su vuelta al trono, la capacidad de Manuel Pellegrini para manejar a este grupo de estrellas y el rendimiento de determinados jugadores en estas grandes citas que, al fin y al cabo, son las que comienzan a allanar el camino hacia Cibeles o hacia el muro de las lamentaciones.
Y eso que el Madrid salió con el guión previsto y bien estudiado. La primera ocasión de Kaka en un mano a mano ante Lloris, cuando apenas se había cumplido el primer minuto de partido, hacía presagiar una remontada para enterrar definitivamente el maleficio de octavos de final que venía sufriendo todo el madridismo en los últimos seis años. Todo se ponía de cara con el primer gol de Ronaldo, gracias a un fabuloso pase de Guti que, dicho sea de paso, fue la única perla que dejó el '14' blanco en su partido del miércoles.
Venía pidiendo a gritos toda la prensa deportiva nacional la titularidad del canterano, que se antojaba casi obligada dadas las bajas de Marcelo y Xabi en el centro del campo. Salió enchufado, ofreciéndose a sus compañeros en todo momento y tratando de buscar ese último pase que sólo él es capaz de vislumbrar. Con ello, comenzó el carrusel de ocasiones blancas ante un Lloris inspiradísimo que volvió a demostrar que hay vida más allá de Iker Casillas.
Mediada la primera mitad, Higuaín iba a tener la eliminatoria en la bota de su pie derecha pero, de manera incomprensible, mandó a la madera el balón tras haber superado al meta galo con toda la portería para él. Desde el momento en el que impactó el cuero, se vio una desconfianza en el argentino impropia de una ocasión tan clara. Su pierna se había encogido. Un segundo que se hizo eterno ante el susurro de un arrebatado Bernabéu. Los malos presagios se confirmaban. El 'Pipita' lo había vuelto a hacer. Había vuelto a fallar en una gran cita.
A partir de ese momento el Madrid se fue apagando paulatinamente con el paso de los minutos. El ambiente se había enfriado y los franceses comenzaron a creer en sus posibilidades. El centro del campo del equipo blanco había desaparecido. La gasolina de Guti no daba para más. Treinta minutos para ser exactos, algo que vuelve a confirmar la verdadero piel de este futbolista de dibujos animados, por mucho que las portadas de la prensa quieran hacer ver lo contrario. Con esto no quiero volver a crucificar a este jugador, pero Guti es lo que es, un jugador de medio tiempo que sin una marca fija puede armar un lío a cualquier equipo. No voy a ser yo quien le descubra a estas alturas de la película.
De esto debió darse cuenta Puel, técnico del Lyón, que introdujo un doble cambio tras el descanso para que su equipo se hiciera con las riendas del partido a través de un centro del campo plagado de almas sedientas de triunfo. No hizo lo propio Pellegrini, manteniendo en la cancha a un Granero al que se le vió demasiado verde para un partido de esta magnitud. Mientras tanto, Van Der Vaart calentaba en la banda.
Los minutos pasaban y el Madrid no inquietaba la meta de Lloris. El Lyon seguía fiel a su idea, perfectamente posicionado sobre el césped de Chamartín a la espera de una ocasión que a buen seguro tenía que llegar. Esta jugada nacería de los pies de Lisandro. El delantero argentino mandaba una tarjeta regalo firmada para que Pjanic fusilara la resistencia blanca. Con ella , se escribía una nueva sentencia de muerte en Europa para el Madrid. Un equipo construido para luchar por todos los títulos que en el mes de marzo se queda huérfano con el campeonato doméstico como único bálsamo.
Ahora es turno de pensar y reflexionar, no de adoptar medidas drásticas como en tiempos pasados que no sirvieron absolutamente para nada. Ni antes eran tan magníficos ni ahora son tan desastrosos como se quiere hacer ver. Se ha creado un equipo prácticamente nuevo que tiene que cuajar y asentarse. Es evidente que faltan cosas y sobran muchas otras, pero no es esta la época del año para tomar este tipo de decisiones. Europa dice adiós, sí, pero el Madrid es líder en la liga y debe luchar con uñas y dientes por mantener este galardón hasta el mes de junio. No bajen los brazos. Hay vida más alla de la Champions.
Y eso que el Madrid salió con el guión previsto y bien estudiado. La primera ocasión de Kaka en un mano a mano ante Lloris, cuando apenas se había cumplido el primer minuto de partido, hacía presagiar una remontada para enterrar definitivamente el maleficio de octavos de final que venía sufriendo todo el madridismo en los últimos seis años. Todo se ponía de cara con el primer gol de Ronaldo, gracias a un fabuloso pase de Guti que, dicho sea de paso, fue la única perla que dejó el '14' blanco en su partido del miércoles.
Venía pidiendo a gritos toda la prensa deportiva nacional la titularidad del canterano, que se antojaba casi obligada dadas las bajas de Marcelo y Xabi en el centro del campo. Salió enchufado, ofreciéndose a sus compañeros en todo momento y tratando de buscar ese último pase que sólo él es capaz de vislumbrar. Con ello, comenzó el carrusel de ocasiones blancas ante un Lloris inspiradísimo que volvió a demostrar que hay vida más allá de Iker Casillas.
Mediada la primera mitad, Higuaín iba a tener la eliminatoria en la bota de su pie derecha pero, de manera incomprensible, mandó a la madera el balón tras haber superado al meta galo con toda la portería para él. Desde el momento en el que impactó el cuero, se vio una desconfianza en el argentino impropia de una ocasión tan clara. Su pierna se había encogido. Un segundo que se hizo eterno ante el susurro de un arrebatado Bernabéu. Los malos presagios se confirmaban. El 'Pipita' lo había vuelto a hacer. Había vuelto a fallar en una gran cita.
A partir de ese momento el Madrid se fue apagando paulatinamente con el paso de los minutos. El ambiente se había enfriado y los franceses comenzaron a creer en sus posibilidades. El centro del campo del equipo blanco había desaparecido. La gasolina de Guti no daba para más. Treinta minutos para ser exactos, algo que vuelve a confirmar la verdadero piel de este futbolista de dibujos animados, por mucho que las portadas de la prensa quieran hacer ver lo contrario. Con esto no quiero volver a crucificar a este jugador, pero Guti es lo que es, un jugador de medio tiempo que sin una marca fija puede armar un lío a cualquier equipo. No voy a ser yo quien le descubra a estas alturas de la película.
De esto debió darse cuenta Puel, técnico del Lyón, que introdujo un doble cambio tras el descanso para que su equipo se hiciera con las riendas del partido a través de un centro del campo plagado de almas sedientas de triunfo. No hizo lo propio Pellegrini, manteniendo en la cancha a un Granero al que se le vió demasiado verde para un partido de esta magnitud. Mientras tanto, Van Der Vaart calentaba en la banda.
Los minutos pasaban y el Madrid no inquietaba la meta de Lloris. El Lyon seguía fiel a su idea, perfectamente posicionado sobre el césped de Chamartín a la espera de una ocasión que a buen seguro tenía que llegar. Esta jugada nacería de los pies de Lisandro. El delantero argentino mandaba una tarjeta regalo firmada para que Pjanic fusilara la resistencia blanca. Con ella , se escribía una nueva sentencia de muerte en Europa para el Madrid. Un equipo construido para luchar por todos los títulos que en el mes de marzo se queda huérfano con el campeonato doméstico como único bálsamo.
Ahora es turno de pensar y reflexionar, no de adoptar medidas drásticas como en tiempos pasados que no sirvieron absolutamente para nada. Ni antes eran tan magníficos ni ahora son tan desastrosos como se quiere hacer ver. Se ha creado un equipo prácticamente nuevo que tiene que cuajar y asentarse. Es evidente que faltan cosas y sobran muchas otras, pero no es esta la época del año para tomar este tipo de decisiones. Europa dice adiós, sí, pero el Madrid es líder en la liga y debe luchar con uñas y dientes por mantener este galardón hasta el mes de junio. No bajen los brazos. Hay vida más alla de la Champions.
1 comentario:
+ respeto a gutiiiiiiiiiiiiiiiiiii
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