miércoles, 5 de agosto de 2009

Xabi cumple su deseo de jugar en el Madrid

Desde el momento en el que asumió la presidencia el pasado mes de Junio, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, dejó muy clara su intención de renovar la plantilla y traer a los mejores jugadores del mundo. Se encontró con un equipo devaluado, plagado de jugadores de media talla que en la competición nacional maquillaban sus carencias pero que fuera de Europa sucumbían ante cualquier rival medianamente fuerte. Su discurso fue tajante: "Tendremos que fichar en un verano lo que normalmente haríamos en tres". Y las palabras se convirtieron en hechos al instante. Un carrusel de estrellas comenzó a desfilar a modo de presentaciones por el estadio Santiago Bernabéu: Kaká, Cristiano Ronaldo, Benzema. Este trío de ases se vio acompañado de una españolización anunciada de la mano de Granero, Arbeloa, Raúl Albiol y Negredo.

El Madrid contaba ya en sus filas con tres de los mejores jugadores del mundo, pero aficionados y medios de comunicación coincidían en que a toda esa artilleria le hacía falta un buen director. Y el mejor residía en el barrio de Liverpool. Por eso, junto al caso Villa, Xabi Alonso se ha convertido en el culebrón más largo del verano. Su fichaje por el Madrid ya sonaba de varios años atrás, pero ha sido este cuando el donostiarra finalmente ha recalado en el Real Madrid. El montante de la operación se ha cerrado finalmente en unos 30 millones de euros, más incentivos.


El futbolista ha pasado esta mañana reconocimiento médico y después ha acudido a los oficinas del Bernabéu para firmar su nuevo contrato que le unirá al conjunto blanco durante las próximas cinco temporadas. Se prevee que esta misma tarde se ponga a las órdenes de Manuel Pellegrini donde se reencontrará con antiguos compañeros como Dudek y Arbeloa, y otros tantos de la selección española. De esta forma, Xabi Alonso ha puesto fin a una etapa brillante en Inglaterra que se ha alargado durante cinco años. El Madrid galáctico de Florentino ya tiene a su cerebro.

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