Cuántas horas habremos pasado de niños (y no tan niños), pegados al televisor junto a Óliver, Benji y Lenders. 'Campeones', así se llama la serie japonesa, marcó una época dorada junto a otros films del manga en los dibujos animados de los años 90. ¿Quién no recuerda a Ed Warner, Tom Becker, los gemelos Derrick, Philiph Callahan o Danny Mellow? Auténticos jugones que hacían cualquier tipo de acrobacias con el balón y jugadas espectaculares dentro de un terreno de juego.Recordando a estos jóvenes futbolistas me vino a la memoria un nombre: Julian Ross, el ídolo de las muchachas, algo así como el 'Beckham' de nuestros tiempos. Siempre estuvo a la sombra de Óliver debido a su lesión crónica que le impidió convertirse en uno de los grandes, aunque para muchos sí lo era. Pues bien, algo parecido le ocurre al bueno de Arjen Robben, centrocampista del Madrid cuya lastra de lesiones le están frenando una carrera que, viendo las cualidades del holandés, presagiaba un éxito rotundo como deportista.
Robben es lo más parecido a Messi que encontramos en un terreno de juego, salvando las distancias con el argentino (éste es único en su especie). Hablo de su estilo, de su forma de ver el fútbol. Cuando recibe el balón sólo tiene la portería entre ceja y ceja. Su verticalidad y su buen 'dribbling' le convierten en un extremo de los de antaño, posición que escasea en el fútbol moderno. Esperemos que la suerte, los médicos o el más allá ayuden a esta joven promesa, aunque su calvicie se empeñe en sumarle años, a triunfar en el Real Madrid porque clase y voluntad no le faltan.
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