Perdonen si resulto repetitivo en las últimas fechas hablando del Real Madrid, pero la actualidad manda, y el conjunto merengue se ha convertido en poco menos que un circo, lleno de payasos, animales, trapecistas y hombres bala. La última de Calderón y Mijatovic, que bien parecen la reencarnación de los auténticos Rita y Miliki (allá cada cual con su símil), ha sido destituir a Bernd Schuster tras la derrota en casa ante el Sevilla. ¿Decisión inesperada? No sean ingenuos. Los hechos acontecidos en los últimos días han sorprendido a pocos y extraños. Primero el 'capote' del alemán al presidente en la previa de la Asamblea. Después sus duras declaraciones previas al partido del Camp Nou. El resultado, finiquito y a la calle.
Esto da que pensar sobre un posible pacto entre ambos para, en primer lugar, calmar los ánimos ante el partido más importante para el presidente del fin de semana (la polémica aprobación de los presupuestos) y, después, una rajada del alemán para provocar una explosión simulada que argumente motivos para su destitución. Así de pobre y ridícula queda la imagen de un club histórico como el Madrid. Todo parece funcionar en el día a día, no hay ningún tipo de planificación, todo gira en torno a impulsos, hasta los partidos, que se han convertido en acontecimientos dignos de estudio del más allá. Ahora Juande. Mañana Arshavin. Y pasado Fofó y los Trilocos. Así están las cosas, y mientras el madridismo y sus socios no tomen la iniciativa para remediar este profundo caos, esta Junta Directiva seguirá actuando a su antojo. Tras esta parrafada aburrida, mis mejores deseos para Juande, un gran entrenador que espero ponga un poco cordura y sentido en el vestuario blanco.
Esto da que pensar sobre un posible pacto entre ambos para, en primer lugar, calmar los ánimos ante el partido más importante para el presidente del fin de semana (la polémica aprobación de los presupuestos) y, después, una rajada del alemán para provocar una explosión simulada que argumente motivos para su destitución. Así de pobre y ridícula queda la imagen de un club histórico como el Madrid. Todo parece funcionar en el día a día, no hay ningún tipo de planificación, todo gira en torno a impulsos, hasta los partidos, que se han convertido en acontecimientos dignos de estudio del más allá. Ahora Juande. Mañana Arshavin. Y pasado Fofó y los Trilocos. Así están las cosas, y mientras el madridismo y sus socios no tomen la iniciativa para remediar este profundo caos, esta Junta Directiva seguirá actuando a su antojo. Tras esta parrafada aburrida, mis mejores deseos para Juande, un gran entrenador que espero ponga un poco cordura y sentido en el vestuario blanco.
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