En primer lugar, mil perdones por mi odisea navideña en la que no he dado señales de vida. Echaría la culpa a la gripe, mi fiel amiga que no se ha separado de mí en estos últimos días, pero os estaría vendiendo un juguete sin pilas. Tras un duro trimestre 'posveraniego', el dulce aroma a turrón y mazapán ha traido bajo el brazo un clima de paz y tranquilidad que me ha afectado en todas las tareas rutinarias y, como no podía ser de otra forma, también la de visitar el blog. Vamos, que no he dado palo al agua. Sin rodeos.
El resto todo bien, sigo en el mismo sitio y con la misma gente, como dice la canción. Con varios pensamientos y proyectos en mente, que os iré desvelando en los próximos días. El 11 de Marzo, por ejemplo, ya está tachado en el calendario. Anfield es un caramelo demasiado apetecible para negarse a visitar tan dulce coliseo. Y nosotros, como no entendemos de dietas, esperamos alentar al Madrid para romper el maleficio europeo que arrastra las últimas temporadas. Lo dicho, sean felices y comas perdices, o lo que se tercie. Nos vemos después de las uvas. ¡Feliz Navidad!
El resto todo bien, sigo en el mismo sitio y con la misma gente, como dice la canción. Con varios pensamientos y proyectos en mente, que os iré desvelando en los próximos días. El 11 de Marzo, por ejemplo, ya está tachado en el calendario. Anfield es un caramelo demasiado apetecible para negarse a visitar tan dulce coliseo. Y nosotros, como no entendemos de dietas, esperamos alentar al Madrid para romper el maleficio europeo que arrastra las últimas temporadas. Lo dicho, sean felices y comas perdices, o lo que se tercie. Nos vemos después de las uvas. ¡Feliz Navidad!
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