jueves, 4 de diciembre de 2008

II Gala Premios As: Una noche soñada

Desde que somos pequeños todos nacemos con un sueño bajo el brazo. Y puedo decir que muchos de los míos se cumplieron la noche del pasado miércoles. Una llamada imprevista a eso de las siete de la tarde dibujaba una sonrisa en mi cara mientras trasteaba con Photoshop en la Universidad. Tenía una invitación para acudir a la II Gala de los Premios As del Deporte.

A pesar de lo suculenta que resultaba la oferta, mentiría si dijese que éste era uno de mis sueños, pobre de mí. Pero una vez dentro, tuve que pellizcarme un par de veces para darme cuenta que a mi alrededor estaban los jugadores y los periodistas que más admiro como aficionado al deporte y como futuro plumilla. No faltaba nadie de la prensa: Tomás Guasch, Paco González, los Manolos, Pedro Pablo San Martín, Enrique Ortego, Manolete, Roncero, Juan Mora, Relaño... Estrellas del deporte a raudales: Cannavaro, Simao, Feliciano López, Santana, Nieto, Cazorla, Silva, Senna, Salgado, Contador, Sonia Mengual, De La Red... Y entre ellos se encontraba el mejor periodista de este país, el hombre que hace que leer un periódico se convierta en uno de los mejores momentos del día. No tenía el placer de conocerle en persona. El gran Juanma Trueba, personaje en el cual se inspiró la creacióin de este blog, recibía a los invitados a la entrada del Palacio de los Congresos. Esto, sí era un sueño, y de los grandes.

Aparté la timidez y me dirigí hacia él con la misma ilusión que tiene un niño cuando conoce a uno de sus ídolos. Mis palabras fueron: "Señor Trueba, no sabe lo que significa para un estudiante estar ante el mejor periodista deportivo de este país". Su respuesta fue increíble, muy suya: "¡La ilusión y la alegría de la noche me la acabas de dar tú con tus palabras!", a la vez que reía. Comenzamos a hablar, y se mostró como una persona extrovertida y afable, muy cercana. Un verdadero genio, que me invitó a realizar la tan ansiada entrevista y a acudir a la redacción para ver cualquier partido con ellos. Fue el colofón a una noche redonda que ha conseguido inyectar una nueva dosis de ilusión en mi afán por entrar en este mundo. Simplemente eso, ilusiones y sueños, grandes sueños.

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